Memorias del Capitan Mancini

Cuando el capitán Mancini llegó a Mallorca hacía un año que el conde Rossi se había marchado y los fusilamientos eran muy esporádicos y prácticamente invisibles. 
Llegó en noviembre de 1937 y se dedicó a organizar las labores administrativas de los alrededor de 300 militares de la Aviación Legionaria que había en Mallorca. 
La misión de este contingente era defender la isla. «Un peligro de muerte caerá sobre quien ose tocar a Mallorca», dijo Mussolini. Y la mejor forma de defenderla fue atacando. 
Los italianos realizaron más de 3.000 bombardeos sobre el levante republicano causando miles de víctimas. Derribaron 54 aviones y acosaron a la marina republicana en todo el Mediterráneo.